¿En qué consiste el acta de compromiso?

Sahni/ octubre 17, 2019/ Noticias

Hace 30 años en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas tuvo lugar la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), que reconoce los derechos humanos básicos de los niños, niñas y adolescentes. Allí se establecen como principios fundamentales: la no discriminación, el interés superior del niño, el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, la participación infantil y la autonomía progresiva.

A partir de la Convención por los Derechos del Niño comenzó un proceso de adecuación normativa y de prácticas institucionales en las Políticas Públicas dirigidas a la Infancia en todo el mundo.

Argentina adhiere a la Convención en el año 1990 por Ley 23849, pero la normativa nacional que plantea un cambio de fondo reemplazando las viejas prácticas del patronato por un enfoque de derechos, aparece recién en 2005 con la Ley 26061 de Protección Integral de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Hubo provincias que se adelantaron a la Nación con normativas específicas, como el caso de San Juan que, en 2002 promulga su Ley 7338 de Protección Integral de los derechos de todos los niños y adolescentes, modificada en 2004 por la Ley 7511 que crea la actual Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia sustituyendo a la Dirección de Protección al Menor y derogando la ley 1156 y sus modificatorias.

El Gobierno de San Juan considera a la infancia como punto de encuentro y unión de todas y todos los sanjuaninos, convencidos de que la infancia debe quedar por fuera de las luchas de poder de la política. Es por eso que la responsabilidad por el bienestar de la infancia y la adolescencia es de todos. San Juan renueva el compromiso para garantizar entre todos la protección, el respeto y la prioridad de sus derechos.

La deuda es con la niñez

Unicef Argentina ha lanzado una campaña donde plantea que “La deuda es con la niñez” y establece ocho puntos prioritarios a considerar para quien asuma la conducción de nuestro país:

  1. Pobreza es no tener acceso al sistema de protección social. Más de un millón de chicas y chicos no cuentan con acceso al sistema de protección social y gran parte debería estar cubierta por la Asignación Universal por Hijo. Además, cada año, cerca de 300 mil chicas y chicos pierden el derecho a la AUH por problemas para certificar el cumplimiento de condicionalidades. El próximo gobierno enfrenta el desafío de asegurar una cobertura universal y mejorar los mecanismos de actualización para garantizar que todas las familias cuenten con ingresos para salir de la pobreza.
  2. Pobreza es no acceder a un sistema de cuidados en la primera infancia. Sólo el 21% de los chicos y chicas entre 0 y 3 años accede a servicios de educación y cuidado. Se requiere implementar la Estrategia Nacional de Primera Infancia que amplíe la cobertura, fortalezca la oferta de servicios con calidad y avance en una nueva Ley de licencias por maternidad y paternidad, equitativa en términos de género.
  3. Pobreza es no contar con acceso universal a la educación inicial. El Estado argentino realizó avances importantes en la ampliación del acceso al nivel inicial. Sin embargo, persisten desafíos para garantizar a todos los niños y niñas una educación inicial de calidad, en la cobertura (obligatoria) de la sala de 5 y 4; y en el acceso (opcional) de los niños y niñas de 2 y 3 años.
  4. Pobreza es ser adolescente y no acceder a la escuela, o hacerlo y no aprender. Más de 500.000 adolescentes están fuera de la escuela, y solo 1 de cada 2 de los que ingresan, logran terminarla en los plazos esperados. 7 de cada 10 no alcanzan un nivel satisfactorio en matemática y 4 de cada 10 en lengua. Es necesario que los gobiernos electos aseguren más y mejores condiciones para enseñar y aprender, y profundicen el desarrollo de modelos educativos innovadores para garantizar que todas y todos accedan a saberes y habilidades claves para su presente y futuro.
  5. Pobreza es ser adolescente y enfrentar inequidades en el acceso a la salud. El 70% de los embarazos de madres de menos de 19 años no son intencionales. De estos embarazos, 2.500 son de niñas menores de 15 años que, con elevada probabilidad, sufrieron un abuso sexual. Sostener el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA) y fortalecer la estrategia de Asesorías en Salud Integral en Escuelas Secundarias es clave para la agenda del próximo gobierno.
  6. Pobreza es ser niño, niña o adolescente y sufrir malnutrición. La malnutrición se expresa tanto en problemas de desnutrición (más de 1.5 millones de niñas y niños viven en hogares que no alcanzan a cubrir una canasta básica alimentaria) como de sobrepeso y obesidad. En Argentina el 41,1% de la población entre los 5 y los 17 años tiene sobrepeso y obesidad. Reducir estos índices requiere medidas de etiquetado de alimentos, políticas fiscales, regulación de la publicidad y campañas de comunicación.
  7. Pobreza es ser niña o niño y sufrir violencia física, psicológica o emocional. El 70% de los hogares utiliza métodos de crianza violenta, como agresiones verbales y castigo físico. Las chicas y chicos sufren violencia también en la escuela, en las redes sociales, en los clubes. Es clave fortalecer los Servicios de Protección Integral e implementar campañas de prevención, entre otras medidas.
  8. Pobreza es ser adolescente y no acceder a un sistema de justicia inclusivo. Las y los adolescentes privados de libertad forman parte del sector más vulnerable de la sociedad: el 28% vivió en la calle y el 78% tuvo dificultades para asistir a la escuela, entre otras problemáticas. Es prioritario contar con una Ley de Justicia Juvenil en línea con los estándares internacionales y que no baje la edad de imputabilidad”.
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